viernes, 15 de diciembre de 2017

Flores

La primera de acero, pesada, fría, y rígida,
entre las manos no pincha, pulida, sin imperfección.
Se enfada, henchida de ira se clava en el corazón
como un puñal. Se derrama mi sangre y se oxida.

La segunda de plástico, extraña, dócil,
colocada en la tienda en el montón,
eterna, presumida con descaro, febril,
de tacto inhumano, para otro mejor.

La tercera, realidad, enemiga de la servidumbre,
tacto delicado, impresionante olor,
única entre tantas, hiere como de costumbre
pero al menos vive y siente como yo.