La primera de acero, pesada, fría, y rígida,
entre las manos no pincha, pulida, sin imperfección.
Se enfada, henchida de ira se clava en el corazón
como un puñal. Se derrama mi sangre y se oxida.
La segunda de plástico, extraña, dócil,
colocada en la tienda en el montón,
eterna, presumida con descaro, febril,
de tacto inhumano, para otro mejor.
La tercera, realidad, enemiga de la servidumbre,
tacto delicado, impresionante olor,
única entre tantas, hiere como de costumbre
pero al menos vive y siente como yo.
viernes, 15 de diciembre de 2017
domingo, 26 de noviembre de 2017
Adicción
Chupando
del cigarro en busca de la vida que él mismo le roba
intenta
paliar la ausencia que incomoda.
Saca
del mechero el único calor y el valor para decir que no puede seguir
así.
Apaga
el que tiene pensando en el siguiente.
Se
despide del primero con un beso
y
le hace al segundo promesas que no va a poder cumplir.
sábado, 7 de octubre de 2017
Cirineo
Nací en cuna de mimbre
también Cirineo que guió la cruz.
Como él otros más pobres
obligados al buz
vivirán como morí; sin la luz
de su sol gris y feo
y por suyo me refiero al que es mío.
Guió la cruz Cirineo,
bajó de su delirio
a ahogarse en la sangre de un suicidio.
Cayó el Sol y la Luna
bajo el cielo negro con puntos blancos
donde diosas ninguna
y dioses unos cuantos,
quienes precipitan por los barrancos
como un gran sacrificio
a quien reniega de ellos por paganos,
dan igual sus oficios,
no se manchan las manos
puesto que nos tienen sugestionados.
también Cirineo que guió la cruz.
Como él otros más pobres
obligados al buz
vivirán como morí; sin la luz
de su sol gris y feo
y por suyo me refiero al que es mío.
Guió la cruz Cirineo,
bajó de su delirio
a ahogarse en la sangre de un suicidio.
Cayó el Sol y la Luna
bajo el cielo negro con puntos blancos
donde diosas ninguna
y dioses unos cuantos,
quienes precipitan por los barrancos
como un gran sacrificio
a quien reniega de ellos por paganos,
dan igual sus oficios,
no se manchan las manos
puesto que nos tienen sugestionados.
viernes, 8 de septiembre de 2017
Ayer te vi
Ayer te vi pasar esquiva detrás del cristal,
balbuceando una canción que nunca supe escuchar.
Tenía ganas de hablarte, decirte que lo sentía
pero pasabas y yo tras de ti no corría.
Te fuiste alejando, pasaste de largo
y a lo ancho de la calle sólo pasaba tu letargo.
Esos ojos castaños con esa mirada borrosa,
ese río que se lleva todas las cosas
que te hacen presa y no se olvidan.
Las charlas en aquel viejo diván,
el dolor por el que dirán
demasiado duro y habitual
sin saber en verdad cual
será el futuro al que llamaremos destino.
Soñando con vivir más que los pinos,
siguiendo a los animales y sus huellas,
suplicando que todas nuestras mellas
sean recuerdos bonitos y no duelan,
pero siempre hay un sin embargo.
¿Qué es mi vida sino un desahucio
de las mentes de quien todavía amo?
Hoy mi alma viuda reclama su deuda de amor no correspondida
aunque ya no tengan ventajas las mortajas que me ponías.
Te sigues alejando por el horizonte de la calle
y yo como una gota de agua que teme ahogarse
me deslizo como hice por la ventana y mi cara
soñando jugar al quien es quien con tus lunares.
Manolo Tena - Hoy no es un buen día
balbuceando una canción que nunca supe escuchar.
Tenía ganas de hablarte, decirte que lo sentía
pero pasabas y yo tras de ti no corría.
Te fuiste alejando, pasaste de largo
y a lo ancho de la calle sólo pasaba tu letargo.
Esos ojos castaños con esa mirada borrosa,
ese río que se lleva todas las cosas
que te hacen presa y no se olvidan.
Las charlas en aquel viejo diván,
el dolor por el que dirán
demasiado duro y habitual
sin saber en verdad cual
será el futuro al que llamaremos destino.
Soñando con vivir más que los pinos,
siguiendo a los animales y sus huellas,
suplicando que todas nuestras mellas
sean recuerdos bonitos y no duelan,
pero siempre hay un sin embargo.
¿Qué es mi vida sino un desahucio
de las mentes de quien todavía amo?
Hoy mi alma viuda reclama su deuda de amor no correspondida
aunque ya no tengan ventajas las mortajas que me ponías.
Te sigues alejando por el horizonte de la calle
y yo como una gota de agua que teme ahogarse
me deslizo como hice por la ventana y mi cara
soñando jugar al quien es quien con tus lunares.
Manolo Tena - Hoy no es un buen día
miércoles, 2 de agosto de 2017
Soneto III
La
arena del reloj crea oasis a los que aspiro,
cada
rincón de mi cuerpo suda lágrimas
que
quemarán el bosque para facilitar el camino
a
pesar de que ardan las brasas.
Siento
que cada beso es una palabra
porque
con cada una que doy
queda
menos para no volver a darla.
Este derrame cerebral lo dibujé con 10 años;
la
muerte enamorada de otra
deseando
morir para no hacerse más daño.
Enfermará
esta voz desnuda por cantarle a un glaciar
que
en la Antártida no hay flores,
que
está en venta Nunca Jamás
y
que el cielo se derrite con cada lágrima que llores.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)