El cadáver gotea y destila su sangre,
está pariendo sentimientos
y aborta sensaciones.
La sangre se desliza por sus labios
como se desliza la arena por los labios de
los exploradores
del desierto.
Todavía gotea
y embriagado de expectativas
se abalanza sobre la zona más
sensible del corazón.
El corazón escupe lo que el cadáver gotea.
De su brecha abierta sale sudor,
semen.
Sigue goteando el cadáver sobre el féretro.
Lloran las paredes la transparencia
más íntima.
El cadáver ya no gotea y no conoce corazón.
El cadáver escupe
sobre la tumba de otros.
Se viste y desfila hacia el cementerio
donde se le pudrirá el corazón
y la sangre se secará.
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