Sus
ojos por hoy han cerrado ya.
Se
acabó la magia que le ayudaba a tenerlos abiertos.
Casi
seguro se volverán a ver mañana
pero
ahora sus párpados están muertos.
Se
posan en ellos de noche
mariposas
que revolotean y ceden su magia.
Sin
exigir nada, sin reproches.
Se
van y mueren en la bahía.
Por
la ventana ya no se ve naturaleza
ni
un conato de la libertad mas sombría.
Sólo
se ve desastre, pobreza
y
edificios con frustrantes geometrías.
El
infinito empequeñeció
cuando
la luz entró en sus pupilas.
Con
una mirada cálida la cubro
de
todas las cosas malas.
Una
tenue luz acaricia tus mejillas
pero
no aclara sino que oscurece su rostro.
Hablas
y desvelas todas mis ideas.
Algo
mató tanto llanto muerto, tu interno monstruo.
Fuiste
mi verdugo,
mataste
mi único sueño