viernes, 28 de junio de 2019

Felicidad

Tú lees mis labios, yo te los recito.
Incapaz de mirarte a los ojos hasta en nuestras fotos.

El malo del cuento salvó a este niño inocente
de princesas malas que sólo querían otro sirviente.

Con cada derrota y a las malas entendí
que el desdichado muere por otra y el poeta de por si.

Cuando la felicidad no es suficiente,
la incertidumbre domina el alma,
no hay respuestas en tu mente
y sólo en la muerte encuentras calma.

Allá donde los filósofos son adictos a la cicuta
y las garrapatas no frenan en pasos de culebras.
Donde son devorados los leones por las cebras
se encuentra la felicidad que es la más cara de las putas.

Estoy condenado a muerte en un lugar al que no quiero ir
pero al menos en el infierno los demonios no son tan malos como aquí.